Otro año se termina y otra vez es el momento de elegir la mejor fotografía que hice durante este año. Nuevamente es el paisaje de Mendoza que gana en esta competencia interna. En mi opinión es una de las provincias más ricas de bellezas naturales de la Argentina. Por lo que concierne la realización de la imagen, no podría ser más diferente de la mejor foto del 2010.
El paisaje de Mendoza en una foto
Esta foto reúne todos los elementos típicos de la provincia. Es el fruto de un momento durante el cual todo coincide y se pone excepcional: el sujeto, su calidad, la luz, y los detalles. Sucedió durante una madrugada mientras manejaba hacia el sur de la capital Mendoza. Salí con un cielo muy cargado y sin luz, así que no estaba pensando en posibilidades fotográficas. Estaba concentrado con pensamientos sobre temas prácticos del viaje, cuando de golpe empecé a ver a mi derecha que el cielo estaba despejando. Se preparaba una escena fantástica por la nevada reciente: cumbres cándidas, nubes dibujadas como en un fresco, una finca típica con su arboleda, un cultivo helado con una gráfica impactante.
En estas situaciones imprevistas hay que actuar rápidamente y al mismo tiempo mantenerse lucidos sobre las prioridades del momento, porqué la luz viene y se va en un toque. En este caso, en 16 minutos terminó todo. No es mucho, si piensas que hay que: vestirse, cerrar el auto, acercarse caminando al lugar apto, abrir el trípode, prender la cámara y prepararla correctamente, decidir el lente y ponerlo, evaluar la exposición y los iso, crear el encuadre, y finalmente disparar.
Dentro del lapso de tiempo muy breve durante el cual el sol va iluminando el paisaje, hay otro que es aún más corto, y que siempre espero en estos casos. Es cuando el sol ilumina parcialmente la escena, y una parte queda todavía en sombra. El paisaje parece iluminado como si estuviera en un teatro. La fotografía gana profundidad y gana un toque mágico.
Las aves volando agregan un motivo más de interés y elegancia. Un animal o una persona siempre agrega dinamismo a la fotografía y la hace especial. Por supuesto eso fue cuestión de pura suerte… o quizá no solamente. He aprendido que, esperando en estado de alerta, pasan cosas mucho más frecuentemente de lo que uno se imagina. Para bien y para mal. Un hombre pasando, unas aves, un caballo, el viento que mueve algo, una nube, luces que se prenden, un auto estacionando justo enfrente. Solo hay que estar ahí, bien despiertos para aceptar lo que sea.
Los paisajes de Mendoza son para descubrir
Fui descubriendo los paisajes de Mendoza poco a poco, durante varios viajes de trabajo que empezaron en el año 2009. Al principio no me llamó mucho la atención. Pero profundizando el conocimiento de ciertos lugares me quedó claro que solo era cuestión de conocerla mejor. Laguna del diamante, Puente del Inca, el cerro Aconcagua, la Reserva Natural Villavicencio, el Cañón del Río Atuel, el valle de Las Leñas, la Payunia, la Caverna de las brujas, el volcán Malacara, los Castillos de Pincheira. El tema es que los paisajes de Mendoza no están muy a mano, hay que ir a buscarlos. Además, están desparramados en un territorio muy vasto. Comparenlos por ejemplo con la Quebrada de las Conchas en Salta, o la Quebrada de Humahuaca en Jujuy, o el camino que va Tafí del Valle en Tucumán. Se ve todo desde la ventanilla del auto sin ni siquiera bajar!
Las cumbres de esta fotografía Cordón del Plata, un grupo de montañas muy conocidas en la zona que pertenecen a la cordillera de los Andes. El Cordón del Plata se ve muy bien desde la ruta 40 alrededor de 20/25 km al sur de la capital. Más al norte, la visual está tapada por la pre cordillera, un grupo de cumbres mucho más bajas, pero suficientemente cercanas para ocultar estos gigantes de 6.000 metros de altura.
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